Santa Rosa Convive

jueves, 26 de enero de 2012

MANIFIESTO POR LA PAZ. DÍA ESCOLAR DE LA PAZ 2012

Profesores, alumnos, equipo directivo.  Estamos todos aquí reunidos, día 30 de enero, para celebrar juntos el Día de la Paz.  Hace ya 64 años que dio comienzo la divulgación de la paz por el mundo.  El primero que alzó la voz y promovió la lucha por un mundo mejor fue Gandhi, pero la paz no consiste en que sólo sea una persona quien luche por ella, sino más bien lo contrario; cada uno tiene que luchar por mantener la paz en su entorno.

La paz empieza en cada individuo, en cada familia, comienza en el campo donde debe cultivarse comida para todos, porque ésta es posible sólo si nadie muere de inanición.  Empieza en los colegios, porque no puede haber paz si no hay igualdad de oportunidades para todo y también en nuestros corazones, cuando cambiamos competitividad por colaboración.  La paz no es solo ausencia de violencia, sino el tejido que sostiene la vida, el terreno abonado que nutre nuestro crecimiento.

La paz es un deber y es posible.  Este es nuestro mensaje que hace suyo el ideal de la civilización, que se hace eco de las aspiraciones de los pueblos, conforta la esperanza de los hombres humildes y débiles y ennoblece con la justicia la seguridad de los fuertes.  Es el mensaje del optimismo, es el presagio del porvenir.  La paz no es un sueño, no es una utopía, no es una ilusión.  No es tampoco una fatiga, la paz puede ser prolongada y fortalecida; puede escribir las más bellas páginas de la historia, no sólo el poder y la gloria, sino mucho más aún con las mejores características de la virtud humana, de la bondad popular, de la prosperidad colectiva, de la verdadera civilización:  la civilización del amor.

Todos los días oímos la palabra paz.  La escuchamos en las noticias y en las conversaciones; es un tema constante y puntual.  No obstante, la mayoría de nosotros no reflexionamos lo suficiente sobre ella y su significado.  En su nivel más básico, puede definirse por lo que no es.  Es la ausencia de guerras, violencia y temor.  Significa que no corremos peligro de sufrir hambre, persecuciones ni pobreza.

Pero también podemos definirla por lo que es y lo que puede ser.  Puede significar libertad de pensamiento y de expresión, la libertad de opinar y decidir, y el derecho a la autodeterminación.  Puede significar seguridad, confianza en el futuro, una vida y un hogar en una sociedad estable.  En un nivel más abstracto, puede definirse como una sensación de felicidad, serenidad y calma.  Lo cierto es que cada persona tiene un concepto distinto de ella.  No hay definición correcta ni incorrecta.  La paz adquiere el significado que le demos.

El hecho de que hoy nos reunamos no tiene mayor objetivo que concienciarnos de que sólo con la paz se puede alcanzar un mundo mejor y nosotros, los jóvenes, por suerte, tenemos todos los medios para conseguirlo.  No basta con hablar, ¡hay que actuar! Esto puede ir a peor si no ponemos tierra de por medio y los conflictos mundiales pueden agravarse, pero vamos a conseguir que no suceda tal tragedia. ¡Tenemos que luchar por la paz universal!

Como punto final a este manifiesto, sólo cabe decir que, persona a persona, granito a granito, podemos conseguir que triunfe nuestro valor más codiciado y que llegue el día en el que dejemos de lado las barreras sociales y nos valoremos como hijos del mismo padre, sin hacer cuentas de poderes, razas, prejuicios...

Álvaro Alcaide Padilla
Alicia Heredia Torres